En Potes mi mamá nunca había estado,
y yo ya le había avanzado,
que un día había que subir a aquel condado,
a lo que ella asintió con agrado.
Con todos sus años,
les parecerá muy extraño;
pero es que antaño,
no se salía de los aledaños.
Como era lunes festivo
era un buen motivo
de hacer algo positivo
y para ella bien emotivo.
Por el Desfiladero de la Hermida
empieza la subida,
vaya rocas sobresalidas
y la carretera ¡que perdida!
De curvas, que tardas una hora,
al ser largo parece que empeora,
pero si el miedo ignoras
las vistas son alucinadoras.
|
El mercao vimos cuando llegamos,
a comer en Casa Cayo nos sentamos,
después unas fotos mientras paseamos
y al coche que nos largamos.
Seguido a Santo Toribio una visita,
bebimos de su fuente un agua exquisita,
a ver si hay suerte y estaba bendita
y nos convierte en eruditas.
Después a Fuente Dé al teleférico
solo vimos lo periférico,
porque dijo mamá que para el corazón
era mucha sensación
y la podía dar otro achuchón.
Así fue Potes su primera vez
y ya ha avisado que no vuelve otra vez
yo insisto que por qué no tal vez
y dice que porque la carretera es una pesadez.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario